Empieza abril y por fin conocemos el primero de los ‘tipos’ tan esperados, desde diferentes sectores del país, y tan odiados por otros, que nos hacen soñar con que las cosas en la contratación pública puedan empezar a ser diferentes.

Los ‘tipos’ son documentos que deberán acoger todas las entidades sometidas al Estatuto de Contratación Pública, que establecen las condiciones habilitantes, y los factores técnicos, económicos y de ponderación, para la selección de contratistas en Colombia.

Para ser más claros, desde el Gobierno Nacional se diseñarán los vestidos que todas las entidades públicas en Colombia deberán usar a la hora de adquirir bienes, y contratar obras o servicios. Con esto se espera que cada gobernante local, o jefe de entidad estatal, deje de hacer un traje especial (pliego sastre que llaman) a la medida del amigo o contratista a quien quiera darle el contrato.

El telar del Gobierno para diseñar esos vestidos ha estado, eso sí, muy lento. Desde el año 2011, cuando se creó Colombia Compra Eficiente, ente rector de la contratación pública, se le asignó como una de sus funciones, desarrollar e implementar estándares y documentos tipo para las diferentes etapas de la gestión contractual pública.

Solo hasta enero del año 2018, con la expedición de la Ley 1882, estos documentos se volvieron obligatorios, aunque apenas para los procesos de selección de obras públicas, consultoría e interventoría para las mismas, y para sus estudios y diseños.

Todos esperábamos conocer los ‘pliegos tipo’ prometidos, antes del 15 de julio del año pasado, plazo fijado en la ley para su reglamentación. Hasta ahora se vienen a conocer los primeros, aplicables solo para obras públicas de infraestructura de transporte (vías, infraestructuras férreas, marítimas, fluviales y aeroportuarias).

La reglamentación de pliegos tipo, prometida en la ley para todos los procesos de selección de obras públicas, la seguimos esperando, y parece que se demora. Mientras tanto, seguiremos viendo contratar escuelas, hospitales, obras de saneamiento y otras infraestructuras, bajo pliegos hechos a la medida de unos cuantos a voluntad del gobernante o jefe de turno.

Es importante que el telar del Gobierno para diseñar los otros documentos tipo, prenda máquinas y se ponga a confeccionar los vestidos que faltan, y que urgen. Que la búsqueda de la transparencia, la verdadera competencia, la eficiencia y la participación en la contratación estatal, nos permita tener los diseños de los pliegos tipo que aún faltan, incluso más allá de los que son solo de obra, sin que tengamos que esperar una nueva colección primaveral para verlos. Ya hemos esperado casi ocho años para ver el primero, ojalá no tengamos que esperar un nuevo abril.